Algunos porqués
Lo primero que deberíamos preguntarnos es por qué interesa estudiar la historia de la Farmacia y el medicamento en el Uruguay, interrogante que es aplicable a todas las actividades del devenir humano.
Las respuestas son múltiples:
• Por simple curiosidad.
• Porque contestarnos los porqués nos permite conocer el origen y evolución de cualquier producto de la actividad humana y ayudarnos en el mejor entendimiento de lo estudiado.
• Porque el conocimiento del pasado podría explicar el presente y proyectar el futuro.
• Porque investigar sobre la historia de una disciplina faculta la comparación con sus pares y deduce cuán grande o pequeño se ha sido en un pasado o se es en la actualidad en esa misma disciplina.
• Porque ayuda a interpretar causas sobre el comportamiento actual de individuos o grupos sociales.
Y habría otras muchas razones más.
Pero comencemos con nuestro propósito: acercarnos a la historia de la farmacia y el medicamento
en el Uruguay
En lo que respecta a la profesión Químico Farmacéutica en nuestro país, atender a su historia y origen es un gran debe. No se han encontrado antecedentes en la Facultad de Química y Farmacia, ahora denominada simplemente Facultad de Química, sobre la existencia de materias curriculares o cursos optativos destinados al devenir histórico de disciplinas como Química, Farmacia, Laboratorios y Medicamentos, conjunto de saberes que interaccionan y se autosustentan.
Hubo solo en los últimos años jornadas aisladas tales como Historia de la química universal que rescataron algunos componentes de la historia de la química en el país. Estas decisiones, con sus distintas maneras de informar el discurrir de los sucesos que nos atañe, son habituales en las universidades del mundo. Sin ir más lejos, la Facultad de Medicina de la UdelaR tiene una cátedra de
Historia de la medicina. La misma carencia de interés sobre aspectos históricos de química
y farmacia se observa en lo que respecta a la instalación de museos relativos a nuestra profesión.
También, lamentablemente, la información histórica existente sobre el desarrollo de la Química, Farmacia, Laboratorios y Medicamentos en territorio uruguayo es escasa y dispersa.
Por estos motivos, se aportan en este artículo algunos datos que se espera sean objeto de una mayor investigación y un mejor detalle en el futuro: esto pretende ser presentación del tema.
Desde los albores de la humanidad se utilizaron sustancias medicamentosas de origen natural, fuesen minerales, animales y muy abundantemente vegetales. Los primeros datos documentados datan de 50.000 años de antigüedad. En piezas dentales fósiles de neandertales, se pudieron determinar, por técnicas de ADN, sustancias vegetales con actividad farmacológica. La historia es larga y sobre ella se dispone afortunadamente de abundante material bibliográfico.
El Uruguay en fechas
Si ponemos atención a las fechas de acontecimientos, podremos ubicar elementos que suelen permanecer como desconocidos y es necesario traer a la conciencia.
Por ello se presentará una cronología resumida:
• De la época indígena y colonial, y de cómo se manejaban sustancias farmacológicamente activas en ella, poco sabemos.
• En 1768 se instaló la primera Botica (Proto farmacia) por el Boticario Don Gabriel Piedra Cueva, llegado con su título de Boticario expedido en Madrid en 1761. El Cabildo de Montevideo tomó los
recaudos correspondientes y habilitó la apertura de la primera Botica que llevó su nombre.
• De esa época y de años subsiguientes, se dispone de escasa información sobre el manejo de las preparaciones medicamentosas utilizadas en territorio uruguayo, no solo disponibles por importación sino elaboradas localmente.
• El siglo XIX fue la época de oro en el desarrollo de las boticas-farmacias en territorio uruguayo, tanto bajo la forma de farmacias comunitarias como de farmacias hospitalarias.
Estas farmacias cumplieron una atención primaria de salud, y derivaban, según la gravedad presentada, a una posterior consulta médica.
Se abrieron numerosos establecimientos denominados boticas o farmacias. Algunas se rotulaban como farmacia, homeopatía y laboratorio de análisis clínicos.
Se establecieron normas de funcionamiento de esos comercios bajo la dirección de boticarios o farmacéuticos. Los medicamentos se importaban de Europa o eran preparados y comercializados en farmacias locales. La utilización de recetas magistrales indicadas por médicos o las formulaciones documentadas en las farmacopeas, principalmente europeas, fueron fuentes para la elaboración de esos medicamentos.
La importación de activos y excipientes corría principalmente por parte de establecimientos conocidos como droguerías.
• En 1886 se dictó el primer curso de Farmacia dentro de la Facultad de Medicina, creada e inaugurada unos diez años antes.
• En 1888 se fundó el Centro Farmacéutico del Uruguay, por parte de las farmacias existentes.
• En 1910 se registró el primer Laboratorio de producción de medicamentos en serie, Laboratorio Aster, fundado por un profesor farmacéutico-químico: Victor Copetti.
• En 1915 se formalizó el Instituto de Química y Farmacia dentro de la Facultad de Medicina.
• En 1923 se inauguró la Asociación de Farmacia y Química.
• Entre los años 1928 y 1929 se independizó la Facultad de Química y Farmacia de la Facultad de Medicina.
• Durante los primeros cincuenta años del siglo XX, se produjo el gran desarrollo de los Laboratorios de producción en serie de medicamentos, tanto en laboratorios nacionales como en las sucursales
de laboratorios extranjeros. La disponibilidad de sustancias de síntesis con sus ventajas fueron dinamizadores de los laboratorios.
• A partir del segundo quinquenio del
siglo XX comenzó paulatinamente un cambio en la actividad de las farmacias comunitarias y hospitalarias, decayeron como elaboradores de medicamentos y fueron tomando otras actividades en las estructuras de salud.
Y las que siguen son algunas curiosidades sobre la época de oro de las boticas-farmacias:
• Treinta y cinco antes de la independencia de la Facultad de Química y Farmacia, se fundó el Centro Farmacéutico del Uruguay formado por las Farmacias existentes en la época.
• Las boticas-farmacias se extendieron por todo el territorio. Y dichos locales, con un Químico Farmacéutico a cargo, se tornaban un centro de reunión de profesionales del entorno:
médicos, abogados, escritores, etcétera. Hay casos documentados en el Uruguay y a nivel internacional.
• Las estructuras físicas de las farmacias, principalmente del mobiliario, eran de primera calidad, en algunos casos con frescos en los techos (La Farmacia La Estrella en Buenos Aires es un ejemplo aún
existente). Esto demuestra la importancia comercial de esos establecimientos.
En suma, confiamos en que con esta breve reseña histórica se pueda abrir un camino que permita investigar y profundizar en cada una de las etapas.