Creación de la Asociación de Profesionales de Asuntos Regulatorios del Uruguay (APARU)
Según la visión tradicional del trabajo en asuntos regulatorios, en Uruguay se tenía la visión de que los que nos encargábamos de estos temas lo hacíamos como un trabajo secundario o una actividad al margen del verdadero ejercicio profesional.
Lo anterior, aparte de ser falso, colocaba a los directores técnicos y encargados de registros y habilitaciones en una posición maniatada, ya que se consideraba que somos receptores pasivos de los cambios de normas y criterios de las autoridades regulatorias, sin tenernos en cuenta como colegas con igual formación y un enorme conocimiento de la materia para aportar a la eficiencia y calidad del trabajo de ambas partes.
Por otro lado, eso deja a los clientes (nada menos que el 100% de las empresas que se manejan en el área de productos de la salud) en una posición comprometida porque se ven sometidos a regulaciones que solamente aumentan en exigencia, muchas veces sin tener en cuenta si son o no aplicables en un período determinado, o si lo son en absoluto.
Un ejemplo son las idas y vueltas que el actual gobierno (y el anterior) han tenido en el tema del rotulado frontal de los alimentos, cambiando varias veces los criterios a aplicar y por lo tanto penalizando (directa e indirectamente) a las empresas que fueron diligentes e implementaron los cambios de inmediato. Mientras tanto, las que no lo hicieron y trataron de eludir la reglamentación tuvieron varios años de ventaja sin anunciar los excesos nutricionales que los ponían en ventaja con respecto a la competencia.
El anterior es solamente un caso puntual, pero son varias las áreas en las que si se establece un ámbito de intercambio previo, en el que los profesionales podamos aportar sugerencias y nuestros puntos de vista desde el lado de la implementación, es seguro que sin dudas se podrá mejorar la gestión y los tiempos que se manejan, que no siempre son realistas, baste como ejemplo que habilitar una empresa ante el Ministerio de Salud Pública puede, tranquilamente, demorar entre 18 a 24 meses o más.
Lo anterior tiene un cuello de botella muy difícil de salvar, que es la falta de personal en áreas clave del ministerio, y eso no es ni culpa ni resorte de los profesionales sino de las autoridades, que, hace décadas, no asignan suficientes recursos (humanos, informáticos y económicos) a áreas tan sensibles como planificación. En este sentido, las empresas también pueden usar su presencia para mejorar la calidad de trabajo de quienes, con ellas, se encargan de un cumplimiento armónico de las regulaciones.
Por lo anterior, y muchas otras causas más, en diciembre pasado se ha conformado nuestra asociación, que nuclea a profesionales de diferentes carreras, pero que compartimos el trabajo en asuntos regulatorios con profesionalismo y dedicación y que decidimos no ser más espectadores y receptores de medidas y cambio, sino, unidos poder presentar sugerencias y propuestas que mejoren la situación y calidad de nuestro trabajo.
Para eso nos hemos organizado en comisiones por área, con los profesionales más destacados a cargo de éstas, y estamos trabajando activamente para tener los diagnósticos por cada temática y elaborar las pautas y sugerencias de mejora que podamos aportar en reuniones que ya estamos agendando con las autoridades correspondientes.
La asociación está abierta a todos los profesionales del área de sector regulatorio en materia de salud, siempre que sean profesiones autorizadas para ejercer direcciones técnicas y cargos similares.
Por consultas dirigirse provisoriamente al correo dir.aparu@gmail.com