Medicamentos y Cardiovasculares

Las enfermedades cardiovasculares tienen consecuencias y afectaciones en la condición de la salud de las personas desde el punto de vista físico, psicológico y social.
En la coyuntura de las sociedades actuales existen personas que viven con un ritmo de vida convulso y lastimosamente todavía no se aprende a escuchar aquella voz vibrante que viene del corazón y del alma que incita a tomar las decisiones más adecuadas que permitan alcanzar una mejor calidad de vida.
Esa calidad de vida no se logra pues se pueden enunciar diversos factores de riesgo: sexo, edad, tabaquismo, sobrepeso y obesidad, diabetes, presión arterial alta, hipercolesterolemia, factores socioeconómicos, efectos de los comportamientos en el estilo de vida (sueño, periodontitis, inactividad física) que contribuyen a que las personas sufran de enfermedades cardiovasculares y si se le adiciona la tendencia de poblaciones cada vez más longevas y una disminución en la natalidad, lo que favorece el incremento en los costos en los sistemas de salud y genera grandes desafíos para la atención adecuada a la salud, en especial por género de la persona y también para mejorar la evaluación de los riesgos, la detección temprana de las
enfermedades y la implementación de las estrategias preventivas más efectivas.(1,2).

Financiamiento
No se cuenta con financiamiento de ningún tipo Conflicto de intereses Se declara que no existe ningún conflicto de intereses con la publicación de este manuscrito.
Las enfermedades cardiovasculares se convierten en la principal causa de muerte en diversos países.
Las enfermedades cardiovasculares se convierten en la principal causa de muerte en diversos países, representan alrededor del 16% de todas las causas y entre ellas se incluyen la enfermedad coronaria, la insuficiencia cardíaca y el infarto agudo de miocardio.
En ocasiones el diagnóstico de la enfermedad se tiende a realizar hasta que aparecen los signos – síntomas pues hay una escasez de prácticas preventivas y las guías de atención no siempre se siguen de manera adecuada bajo el principio de uso racional de los medicamentos, en que se seleccione y utilice el medicamento adecuado en el momento adecuado; lo que confabula para que exista una falta de adherencia terapéutica. (2)
Las personas tienen el poder para tomar decisiones de manera oportuna; entre más pronto sea, será mejor para evitar enfermedades cardiovasculares prematuras o prevenir o reducir los factores de riesgo que llevan por ejemplo a las condiciones que caracterizan a la enfermedad cardiovascular aterosclerótica, por lo que se hace necesario una
actitud proactiva mediante la oportuna implementación de comportamientos de vida más saludables a través de actividad física y ejercicios, la nutrición saludable, el sueño adecuado, la gestión adecuada del estrés, el cambiar las grasas saturadas por grasas poliinsaturadas, el comer más fibra, frutas, verduras y mariscos, así como reducir el consumo de alcohol y evitar el tabaquismo.(3)
Sin embargo, las personas tienden a depositar su confianza en el uso de diversas terapias entre los que se encuentran los medicamentos hipolipemiantes, antihipertensivos, antiplaquetarios y anticoagulantes; algunas de esas terapias se tienen que actualizar, cambian o ajustar de acuerdo con el contexto, asimismo se persigue la búsqueda de continuar estudiando la posibilidad de lograr mecanismos que sean cada vez más eficaces y seguros, aunque estos no sean disponibles para todas las personas en todo lugar. (4)
Las personas tienden a depositar su confianza en el uso de diversas terapias entre los que se encuentran los medicamentos hipolipemiantes, antihipertensivos, antiplaquetarios y anticoagulantes.
De igual manera, producto de los efectos que se experimentan debido al cambio climático, entre los que se tienen inundaciones, deslizamientos, tsunamis y contaminación ambiental, entre otros; también se generan factores que ayudan a agravar la condición de las personas por causa del estrés que contribuye con la aparición y agravamiento de diversas enfermedades cardiovasculares como la miocardiopatía de Takotsubo, el tromboembolismo pulmonar, el accidente
cerebrovascular, la angina de pecho, las arritmias y la muerte súbita cardíaca, lo que amerita del adecuado cuidado agudo y crónico con mecanismos como el diagnóstico, las terapias, los tamizajes, los biomarcadores, la vacunación, entre otros recursos y que no siempre están disponibles por diversas razones lo que tiende a complicar el panorama de atención. (5)
Método
El fin de este trabajo es presentar terapias que tienen efectos sobre el corazón, se cumple con los principios éticos en el rigor del uso de la información.
Se realizó una investigación de fuentes documentales publicadas en 2024 con la ayuda de las palabras clave “medications”, “side effects” y “heart” en la Internet a través de las siguientes fuentes Pub Med: US National Library of Medicine National Institutes of Health, Science Direct, Springer, Researchgate, Wiley Online Library, JAMANetworks, Annualreviews y otros sitios.
El material que se seleccionó fue analizado de forma crítica y los datos se estructuran de manera descriptiva contemplando las terapias con efectos positivos y negativos a nivel cardiovascular en el ámbito de la práctica clínica o en fases experimentales como sigue a continuación.

Reflexiones
Mientras existan personas que continúen experimentando aquellas prácticas que han sido catalogadas como poco saludables y aunque pueden ser modificadas cada vez más tienden a afectar a las personas en edades más tempranas; por lo que espera que continúen acrecentando las estadísticas de incidencia y prevalencia de las enfermedades cardiovasculares, a pesar de no que son transmisibles resultan de los comportamientos que se pueden socializar y normalizar de diversas maneras en todos los grupos sociales; por lo que seguirán siendo una relevante causa de morbilidad-mortalidad en una variedad de países en el mundo y con mayor afectación en los que tienen ingresos medios y bajos por las condiciones socioeconómicas, culturales y políticas que obstaculizan o dificultan la prevención primaria.
Las enfermedades cardiovasculares tienen consecuencias y afectaciones en la condición de la salud de las personas desde el punto de vista físico, psicológico y social; se convierten en una trascendental causa que disminuye las capacidades y favorece la pérdida de la calidad de vida cuando no son gestionadas de manera adecuada o afectan tempranamente, por lo que pueden llegar a ser incapacitantes y mortales, lo que se contrapone a la meta de un bienestar pleno.
Al mismo tiempo, las enfermedades pueden perturbar la esfera ambiental pues se genera una significativa cantidad de desechos y residuos de los recursos que forman parte de las terapias de atención, tanto en el ámbito hospitalario donde tienen una grado de mayor peligrosidad como en el comunitario, algunos de esos productos cuando no se gestionan
de manera adecuada contaminan el ambiente, esa falta de gestión eficiente contribuye a que los recursos financieros no puedan ser destinados para la atención de otras necesidades que imperan en la sociedad.
Se reconoce que, a lo largo del tiempo, se han desarrollado una variedad de terapias cada más complejas tecnológicamente, esto incrementa los costos y obliga a que la accesibilidad sea un desafío para la atención con equidad en que se persigue mejorar la gestión en la condición de morbilidad de las personas. En el mundo ideal, se quisiera obtener solo efectos positivos en los diversos escenarios del manejo de las enfermedades cardiovasculares; no obstante, no todas las personas reaccionan de la misma manera ante una determinada terapia y por eso se manifiestan los efectos negativos, entre los que se encuentran los efectos secundarios, las reacciones adversas y las fallas terapéuticas,
algunas pueden ser manejables de modo que las secuelas o consecuencias se disminuyan mientras que en otras no es posible.
Se reconoce que bajo las condiciones de un ensayo clínico controlado, las terapias muestran calidad, seguridad y eficacia; pero en el contexto post comercialización, la realidad evidencia que la efectividad va a depender de un conjunto de factores que no siempre están bajo control de las personas; de ahí que exista una brecha entre lo que se puede lograr en el plano experimental versus la práctica clínica diaria, donde hasta el inadecuado manejo en la gestión del estrés puede conducir a diferencias en los resultados que se buscan con una determinada terapia.
La prevención seguirá siendo la mejor arma contra las dificultades en el manejo de las enfermedades cardiovasculares y las personas tienen el poder para tomar las decisiones que sean más adecuadas acorde con su situación particular.


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Luis Jiménez Herrera